jueves, 3 de febrero de 2011

Cómo afecta el ruido al corazón

El ruido se considera un sonido indeseado por el receptor. Es una causa importante de preocupación, ya que afecta tanto a la salud como al comportamiento individual y social. La contaminación acústica en el ámbito laboral es aún más preocupante. Y no es de extrañar, puesto que el organismo puede pagarlo caro a largo plazo. El corazón, sin que casi se note, es una de sus principales víctimas. La exposición continuada al ruido puede generar hipertensión arterial y arteriosclerosis, factores conocidos de riesgo cardiovascular, además de alteraciones de la agudeza visual, aumento de la incidencia de úlceras gastroduodenales, trastornos de sueño, cansancio e irritabilidad que, a su vez, no hacen sino aumentar el riesgo de accidente laboral, disminuir el rendimiento profesional y favorecer el absentismo. La prevención de todo ello se basa en el control de la contaminación acústica en el trabajo.
La exposición constante al ruido laboral puede ocasionar alteraciones cardiacas a largo plazo, sin que las personas afectadas aprecien síntomas de enfermedad. Uno de los principales motivos podría ser que la exposición constante a muchos decibelios (dB, la unidad de medida de la intensidad del sonido) causa modificaciones en el comportamiento, cansancio y estrés. Todos estos aspectos, a su vez, comportan problemas psicofísicos que pueden acabar en complicaciones cardiovasculares. Éstas son las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid.
Se calcula que en torno a 10 millones de personas en España soportan unos niveles medios de 65 dB, límite máximo sonoro marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para comprender qué representa esta cifra, se puede comparar con el nivel medio de decibelios en una conversación normal entre dos personas a un metro de distancia, que oscila de 50 a 55 dB. El trabajo se ha centrado en el campo de la aeronáutica militar, una profesión cuya exposición al ruido es más que evidente.




El hecho de que la mayor discapacidad laboral en este sector responda a patologías cardiovasculares hizo pensar a los científicos que el ruido es un factor de riesgo para la salud del corazón, ya que es esta energía (el ruido es transporte de energía) el contaminante más frecuente en aviación.
En el estudio, los investigadores detectaron que la dosis de ruido a la que están expuestos los trabajadores supera el 100% del valor límite umbral permisible (el nivel equivalente para una jornada de trabajo de seis horas es superior a 85 dB). Los resultados muestran que la emisión sonora de baja frecuencia a niveles superiores a 100 dB causa efectos no auditivos que, al incidir como presión en el cuerpo, pueden causar alteraciones en el corazón sin que se noten síntomas.
En 2005, los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Charité en Berlín (Alemania), que implicó a 32 hospitales, llevaron a pedir a las autoridades la disminución del nivel decibélico laboral a partir del cual es obligatorio llevar protección auditiva. El valor actual de 85 decibelios, implantado en la mayor parte de Europa occidental, debería rebajarse, en su opinión, hasta un valor entre 65 y 75 (en España, los valores límites de exposición diaria están fijados en 87 dB como nivel diario equivalente y 140 dB como valor pico).
Los científicos destacaron que esta necesidad de reducción cobraba más importancia en pacientes con alguna enfermedad cardiovascular. Y es que, igual que el trabajo español, el germano constataba que la exposición crónica al ruido está asociada con un incremento de leve a moderado del riesgo de ataque cardiaco, aunque señalaba que la exposición debía ser a largo plazo. Los resultados del estudio alemán confirmaron que el ruido podría aumentar el estrés psicológico y el malhumor, lo que conduciría a incrementos en los niveles de adrenalina y noradrenalina asociados con un aumento de la presión arterial y lípidos plasmáticos. En resumen, por el estrés y el cansancio.
Efectos del ruido
El ruido puede ocasionar efectos perniciosos en varios órganos del cuerpo. La primera consecuencia de la exposición diaria y continuada al ruido es la pérdida de sensibilidad o una disminución de la capacidad auditiva, tanto temporal como permanente. La segunda se origina tras años de exposición prolongada a niveles superiores a 75 dB, sonidos de corta duración a más de 110 dB o por acumulación de fatiga auditiva sin tiempo de recuperación.
Además de la pérdida auditiva, la exposición continuada al ruido puede causar un aumento de la frecuencia respiratoria, hipertensión arterial y arteriosclerosis, alteraciones de la agudeza visual, aumento de la incidencia de úlceras gastroduodenales, trastornos de sueño, cansancio e irritabilidad. Además, la exposición al ruido durante mucho tiempo disminuye la coordinación y la concentración y, por tanto, aumenta la probabilidad de sufrir accidentes en el entorno laboral.
Puede provocar una pérdida del rendimiento laboral e incrementar el absentismo (acusado por los trastornos del sueño, que limitan la capacidad de rendir al día siguiente).

viernes, 21 de enero de 2011

COMO SALVAR UNA VIDA

Estimado lector, esta es su gran oportunidad para hacer algo importante y que muchas personas se lo agradecerán, especialmente su familia, su esposa o esposo, sus hijos y sus nietos. En las siguientes líneas le daremos las claves para salvar una vida... la suya. Probablemente conoce o ha oído de alguien que murió de un ataque al corazón, y si lo piensa un poco, se podrá dar cuenta de conoce más de un caso y no es de extrañar, “las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial desde hace mas de 100 años”. Los fenómenos naturales como los huracanes que son muy frecuentes en esta época del año, pueden ser monitoreados y se puede dar la alerta a las poblaciones hacia las cuales se dirigen para tomar las medidas pertinentes y esto salva muchas vidas. Pero en el caso de los terremotos, otro fenómeno natural frecuente en ciertas zonas de ALTO RIESGO, suceden sin previo aviso, nadie puede predecir un terremoto, incluso en Japón todavía no se puede, pero lo que si se puede, es hacer construcciones resistentes a los terremotos, educar a la población y así disminuir los daños y la pérdida de vidas.
La enfermedad Cardiovascular es una enfermedad silenciosa, esto quiere decir que no da síntomas hasta que ya está muy avanzada y muchas personas mueren en su primer evento (infarto, derrame cerebral...) y muchas más quedan con incapacidades permanentes que les cambia su vida y las de los que lo rodean.
Entonces, cual es el primer paso para salvar mi vida? Averiguar si soy una persona de ALTO RIESGO.
Y esto como se hace? Se conoce en la actualidad ciertos factores que al estar presentes en una persona aumentan su riesgo de un evento cardiovascular (muerte, derrame cerebral, infarto al miocardio, angina de pecho y enfermedad arterial periférica).

Estos factores son: Tener más de 45 años en el hombre y más de 55 años en la mujer, Hipertensión arterial, Diabetes Mellitus o trastornos del azúcar en la sangre, Colesterol malo alto, colesterol bueno bajo, triglicéridos altos, Fumar, obesidad, una dieta no balanceada, falta de ejercicio, los antecedentes familiares de enfermedad cardiaca prematura y el estrés.
De todos estos factores de riesgo tradicionales, únicamente la edad y la historia familiar no se pueden modificar. El problema es que de los factores que sí son modificables solo el cigarrillo y la obesidad son obvios, los demás pueden pasar desapercibidos o dar molestias mínimas. Se llaman factores de riesgo cardiovascular porque están relacionados directa o indirectamente con la ATEROSCLEROSIS, que es una enfermedad que deteriora lentamente a todas las arterias que llevan la sangre al cuerpo por lo que cualquier órgano puede verse afectado. En una investigación realizada en los Estados Unidos para conocer hasta qué punto la Ateroesclerosis es habitual en personas jóvenes, se estudió a través de autopsias a 760 personas entre 15 años y 34 años que habían fallecido en accidentes de tránsito. Los resultados fueron que uno de cada 3 tenia exceso de colesterol malo, uno de cada 6 ya tenía hipertensión, uno de cada 7 era obeso y uno de cada 25 ya había desarrollado Diabetes. Estos muchachos jugaban al beisbol o al básquet con sus amigos, les justaba ir al cine y a los conciertos, eran aficionados a los videojuegos y se divertían como todo joven normal de esta edad, sin saber que la enfermedad avanzaba en sus arterias. Mientras mas factores se suman en una misma persona, el riesgo para un evento cardiovascular se multiplica, es como comprar todos los números de una rifa, las oportunidades de sacarse el premio definitivamente son mayores. Por eso, el segundo paso para salvar su vida será: Modificar los factores de riesgo que tenga. Y esto como se hace? Su médico de confianza le podrá orientar como se pueden alcanzar las metas de peso, presión arterial, colesterol,glucosa y cantidad de ejercicio que son adecuados para su caso en particular.
Finalmente, el propósito de este artículo es crear conciencia que la enfermedad cardiovascular está ahí, que es una realidad a la que muchas familias ya se han enfrentado y las ha dejado marcadas, y que la PREVENCION, más que el mejor tratamiento es el recurso para vivir con calidad y por más
tiempo. Nadie es eterno en esta vida, pero eso no quiere decir que nos tengamos que ir antes de tiempo. Usted puede modificar su historia, usted puede dar “reset” a su fecha de vencimiento, usted puede romper su cita con un infarto...usted puede salvar una vida.